martes, 3 de junio de 2014

In Utero.

Al principio todos somos una isla, una isla en movimiento sobre el mar de la irrealidad, una isla dentro de la inexistencia. Después, una isla que empieza, crece y emerge, dentro de un útero. Sin voz ni voto pero tan importante como la vida misma. La isla sale a la luz, y todas sus posesiones y su memoria hasta el momento desaparecen tras el cierre del útero, quedan allí encerradas para sumergirse en el mar y borrar su recuerdo. Y a la luz, la isla se tiñe de color, de calidez, de emoción, para así crear una base sobre la que pueda flotar el resto de su vida. Tras acabar esa base, todo queda poco a poco enterrado bajo la nostalgia, la infelicidad, la avaricia y el blanco y el negro; estos cinco arquitectos del desarrollo maduro borran toda la memoria de la base dejando sólo la parte inconsciente, para así crear un mundo donde las islas se deben peninsularizar y el mar se tiñe de cemento, para perder la independencia y crecer (todos juntos e igual de sonrientes) bajo la oscuridad de la muerte y el miedo a la incertidumbre, a la necesidad y el tiempo. Todo lo demás, se esconde detrás de los muros de lo vano y lo mundano, todo se clasifica por edad y las islas se organizan por la altura de las copas de sus árboles. Todas las islas se deben clasificar porque todas deben tener el sitio que creemos que se merecen y todos nos debemos COMPARAR porque tenemos que saber cómo clasificarnos. Muy bien ser racional, chapó.

Aun así, al igual que los cimientos bajo el océano, la memoria del útero, de la base, sigue en lo más profundo de la isla, en ese rincón al que no llega nada del mundo real, ese rincón donde se esconden todas aquellas cosas que se enterraron  a fuerza del peso de todas las demás que las empujaban, ellas bajaron y bajaron hasta allí, tocaron fondo y quedaron sepultadas. Aunque no se vea y nadie la pueda utilizar conscientemente, esa memoria escondida es la encargada de sacarnos adelante en nuestra sufrida vida a nuestro lado del muro, ella nos impulsa a cada paso y nos disturba la vista, nos pone imágenes maravillosas donde sean necesarias y nos acaricia el cuerpo cuando somos débiles. Esa base, nos enseña esos instantes, esos destellos de realidad de los que todas las penínsulas se hacen más y más adictas, porque curiosamente, lo único que recordamos de aquel tiempo en el que éramos base, alegre y energética, es un único y enorme sentimiento de estar vivos, más vivos que nunca. Y ahora, de espaldas a los patios del recreo, creemos que nos conocemos, creemos que cada uno somos un mundo, una personalidad creciente, cuando lo único que tenemos son capas y putas capas de fotos de nosotros mismos que pegamos sobre el muro para no verlo CRUDO y DESNUDO, porque no entendemos ninguno de los dos conceptos, y eso nos produce patologías. ¿El punto de metamorfosis? El mismo momento en el que desarrollamos el miedo al tiempo. A la perdida. A la soledad. Al prejuicio. A  no aceptar el juicio propio. A la dualidad del amor. 

Sería bello, observar por un momento la inversión de todo el proceso, meter todas las capas superiores a la base, las copas de los árboles, las fronteras terrestres, el cemento y la memoria consciente, todas dentro del útero. Y entonces, con el primer rayo de sol, tras su cierre, todo esto quedaría sepultado en el olvido. Del útero saldría una isla con semejante barullo mental que lloraría durante meses o años por no hallar ninguna respuesta a todas las preguntas que tenía dentro, pero poco a poco, quizá dejaría de buscar respuestas, quizá ni necesitaría sentirse parte de un muro con fotos y no enterraría nada porque ningún sentimiento le hace esclavo del tiempo. Quizá nada fuera así y se crearía el peor de los monstruos, quizá simplemente seriamos perros de pie. 



PD:  Todo ha venido por empezar a pensar porque nuestro cerebro decide borrar la mayoría los recuerdos de nuestra temprana infancia. Espero no haber molestado a nadie, era sólo una idea, 

y todo es sólo un truco.









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miércoles, 28 de mayo de 2014

Fr**Dom

Freedom is coming
In front of me
Like an old lost kin
That rests at home
Thought we do not see

Freedom,
When smells like golden breeze
Feels something in between
The wild and sweetest swing

Freedom,
On certain company
Living day by day some risks
Feeling gone away for hours

Freedom,
Keeps you round on twist
When you live the life you love
And you love the life you live




(para Arti)







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lunes, 19 de mayo de 2014

Tu sombra

Cerré los ojos un segundo y no sabía cómo abrirlos,
Vi el mundo girar en horizontal, vi mis pies tocar el techo
Todo era negro con pequeños destellos,
No había nada más que hacer,
Que el simple hacer tiempo

Es tu sombra, porque sé que no eres tú,
La que no me deja calmarme,
Y es la mía, la que no me deja vivir consciente
Qué difícil es resolver lo simple,
Con los ojos cerrados, sin verte

Qué bonita es esa versión tan diferente
En la que el correo de cada día está vacío
Viajar en mi cabeza sin freno, ni apego
Ahora estoy en la cueva
Ahora no la veo

Quiero salir de aquí, quiero ver de nuevo
Ver lo que huelo y olerte todo lo que quiero
Pero falto de valor, falto de soluciones
Mis ojos están cerrados
Y escribo por hacer tiempo











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lunes, 12 de mayo de 2014

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Empiezo a darme cuenta
Yo mismo y yo,
Tenemos dos caras cada uno,

No tengo memoria consciente
Estoy clavado,
Mirando fijamente el centro de un cero

Lo tomo con calma
Cultivo paciencia
Grito fuerte
Rompo todo,
Todo se va

Y poco a poco vuelve







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domingo, 11 de mayo de 2014

El Teatro


Metamorfosis, 
algunos los llaman la nueva llegada de la primavera.
Una guitarra muy eléctrica acompañada de un bombo,
una flauta agridulce y dos pianos que se acarician,
por el insomnio de la libertad no escrita
escribiéndose en un nombre vulgar,
en una cara de ángel y unos pies desnudos
rozando la tarima,
en lo alto el trampolín,
mira abajo el pozo,
mientras el telón hace la fotosíntesis
en verdes y grises
porque su musa es un simple foco
Y entonces saltaron todos los actores
con sus caras verdaderas,
el resplandor del rojo atardecer sobre las terrazas de cristal,
y el bicho más extraño y diferente,
es rey esta medianoche.
Su acompañante y amante,
siempre de rojo y estaño,
la Reina de Venecia,
la única.


Poema a

Eileen Gray













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miércoles, 30 de abril de 2014

Blanco y Negro

Las nubes arriba y despacio viene a mí aquel día. Las nubes arriba y despacio a por tabaco.
Suave lluvia que permite hacer tiempo, al momento, el momento de placer anterior y posterior al momento justo de la explosión. Todo el poder que guardan los guantes intranquilos apoyados sobre las cañerías de cobre, asustados, por la inmensidad del mar blanco, de los puentes negros. Se abre la montaña empujada por las placas ardiendo, bajo la rugosa superficie se respira cada vez más rápido y el pequeño volcán se levanta ante ti abriéndose a cada bocanada cuando las guardianas gemelas piden su parte. Si quieres romper el negro, salir volando a ras de su piel para esa primera vez, en la que pisas nuevo barro y nueva nieve, cruzar el puente negro y mirar fijamente a los ojos del túnel, tus pulmones dilatados al viento de los grandes y flacos valles.

Allí dos, aquí “la vie en rose”,  ayer un sueño y en ninguna parte el risueño paraíso, yo entones, su dueño, y ahora nostálgico y pequeño:


   Alzo el recuerdo
   actualmente pintado de infravalorado,
   por nuestro voraz corazón cuerdo
   por nuestro dulce cerebro alienado, 
   entre prisa por avanzar,
   y parpados cerrados, 

porque en aquel momento cuando la realidad es infinitamente superior a la imaginación, ese instante quieto ante el umbral, llega lo más profundo, cae tu última barrera y el telón es derribado. Yace en el suelo ante un cielo cubierto de estrellas blancas. Cuando te encuentras ya dentro, al final del camino, sin sentido del control ni del conocimiento, desaparece el frío, donde acaba el río y se abre el mar, en unos ojos abiertos y esos ojos atados a tu nariz, al perfil del altar de los dioses. Sobre el tapiz cuatro picos en penumbra, y una vela adelante y atrás moviendo la fuerza de la libertad. Entonces tras la praxis, el éxtasis. Tras él, queda una sonrisa y un recuerdo, queda el fuego, otra vez bailando sobre blanco y negro.









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viernes, 11 de abril de 2014

Canción a una cascada

Duras mañanas de lunes,
Largas noches de teléfono
Se resumen en perder días
Y ver cascadas bajo iglesias en penumbra
No hay siguiente sin una decisión,
Sólo ideas rápidas
Porque el frío no deja otra opción

Entre turistas que me sonríen
Artistas que me miran buscando
La complicidad de su cara apagada
Hoy llueve en el paraíso
Crece mala hierba en mi corazón

Entre fotos con caras irreales
Postales romanas en blanco y negro
Gaviotas más inteligentes que humanos
Apilados espiando al estornino negro
Remedios vendo pero para mí no tengo,
O tengo demasiados y ninguno lo entiendo
Hoy llueve en el paraíso
Pesa demasiado este libro en mi espalda

Preguntas al editor
¿por qué me gustan los tobillos que van al aire en invierno?
Las canciones sin más letra que la A,
Anarquía que resuelve todo y nada
Y palabras, palabras, palabras
Y ninguna frase subordinada,
50 líneas de desahogo y después la baja,
Por in-autenticidad.

No es tan importante la fecha ni la hora,
El deber y el recoger,
Las comidas con proteína descacilada,
Basta plasta de mierda caducada
Si quieres sentirte socialmente solucionada

Hoy llueve en el paraíso
Todos en silencio
Hasta que despierten Baco y Dioniso,
Yo me escribo a mí mismo
Pues no tengo claro ningún testigo

Porque no es rojo pasión,
Si hace más ruido que el viento y el agua;
No es amarillo el cielo sino
los taxis que odian los semáforos.
Me compré una torre mirador sin ventanas,
Falto de costumbre
Pinte mi cara al revés en la pared
Y el mar en el techo

Resoluciones aleatorias para
El universo no conquistado,
Paseos inundados por poetas fumados,
Y un animal apareado con otra especie

Hoy llueve en el paraíso
Mentira es la mentira que no alcanza el oído.