lunes, 15 de junio de 2015

Perpetuum mobile

De todos los movimientos posibles yo elijo el menos estable, siempre lo hago, diría que es en parte heredado, seguramente hereditario.Y sobre todo aprehendido. La capacidad de retrasar lo inevitable parándote en cada esquina del camino a mirar, observar, pensar, amar, sufrir y esperar, aún sabiendo que aquello que deseas sobre todo lo demás, es lo inevitable. Mis sueños son grandes objetivos, pero no quiero perderme ningún pequeño momento insignificante, nada como descubrir una nueva emoción dentro de ese mismo sentimiento que va y vuelve, nada como regalarte una sonrisa de complicidad a ti mismo cuando te encuentras en medio de tu propia traición a tus propias ideas. El paraíso arde, el infierno es frío y el placer es infinito.

Querida verdad, ¿es esta vida un misterio frágil? demasiado tiempo esperando una señal del cielo que hace tiempo tenemos en el suelo.
Querido inevitable, ¿porqué no paro de preocuparme? si sé que todo es un túnel repleto de instantes únicos, que termina tras olvidarlo todo y encontrarte, y observar, pensar, amar,
volver a empezar, por delante.







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