Es el
conjunto de ramas las que hacen la copa, es el conjunto de copas las que hacen
ilusionada la noche, es el conjunto de ilusionados los que se sientan en mesas
desilusionadas pasando las hojas, y son las hojas una tras otra las que forman
la rama otra vez.
Es el
círculo que todos queremos ser, es la elipse que en realidad todos somos. Es el
saludo cordial de cuando te conocí y es el abrazo infinito que te daré cuando
te vayas, es la sensación de que algo
está cambiando ahora.
Es la
diversidad de información que discutimos cada día, es el dubstep que suena
entre columnas romanas, es nuestra globalización la reina de la nostalgia sin
romanticismo, es la foto renacentista que alumbra el fondo de pantalla del
móvil más moderno, es el perro contento cuando aprende a usar un espejo. Todo
eso, es al fin y al cabo, la belleza.
Somos
tan capaces, tan poderosos. El valor que damos a la belleza es nuestra diferencia,
la capacidad de sentirla en todo esto es nuestra mejor virtud,
equivocarnos en reconocerla es nuestra mejor manera de aprender a quererla.
Ella.
Es la
cerveza en silla wark de madera, son dos locos en llamas paseando por la
arteria, es el cariño de todo un año sin intimidad, es el bucle intenso de la
corta distancia entre la vida y muerte del rio cuervo, es el hombre que todo lo
bromea tan fuerte, es la mirada de despedida que te hace sentir que es tuya la
suerte.
Es
Daniel esperando en la estación su última flecha, miedoso, porque no quiere alontanarsi troppo della línea gialla,
porque sabe que la tormenta se acaba y el futuro pinta una mesa desilusionada.
Levanta la mirada y frunce filosóficamente el ceño. Sonríe. La belleza, la belleza é importante
Doctor Cuetos por favor, nunca lo olvide y siga jugando, porque como cada día, tanto
en asturies como en el oltrarno, algo está constantemente cambiando.
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